floclor

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jueves, 13 de mayo de 2010

El folclore, folclor, folklore o folklor, (del inglés folk, "pueblo" y lore, "acervo" "saber" o "conocimiento") es la expresión de la cultura de un pueblo: cuentos, música, bailes, leyendas, historia oral, proverbios, chistes, supersticiones, costumbres, artesanía y demás, común a una población concreta, incluyendo las tradiciones de dicha cultura, subcultura o grupo social. También recibe este nombre el estudio de estas materias.
El término anglosajón «folklore» fue acuñado el 22 de agosto de 1846 por el arqueólogo británico William Thoms, quien deseaba crear una palabra para denominar lo que entonces se llamaba «antigüedades populares». La definición más ampliamente aceptada por los investigadores actuales de la especialidad es «la comunicación artística en grupos pequeños», propuesta por el investigador de la Universidad de Pensilvania Dan Ben-Amos.
Historia
Gottfried von Herder animó por primera vez a registrar y preservar deliberadamente el folklore para documentar el auténtico espíritu, tradición e identidad del pueblo germano. La creencia de que tal autenticidad pueda existir es un de los principios del nacionalismo romántico que Herder desarrolló. Para Von Herder, las clases campesinas son al mismo tiempo depositarias, vehículo y guardianes del «genio popular», que se modeló mediante el contacto de los hombres con la tierra y el clima y se transmitió de generación en generación, tanto oralmente como en las epopeyas, cuentos y leyendas. En una visión universalista, Herder mantuvo que cada pueblo posee su «genio» único y singular, que aparece como fundamento por excelencia del renacimiento cultural que debía permitir reunificar a los pueblos germánicos.
Sobre los incentivos de Herder, los hermanos Grimm se comprometieron como pioneros con la enorme empresa de recopilar cuentos orales alemanes, para recuperar el carácter auténtico de una cultura nacional perdida por las élites. Así, en 1812 publicaron la primera serie de cuentos tradicionales como Kinder- und Hausmärchen (‘Historias infantiles y familiares’).
Rápidamente, la iniciativa de los hermanos Grimm fue imitada en toda Europa (del Este y el Oeste) y en los países escandinavos. A partir del siglo XIX se emprende la labor de educar al pueblo en su propio folclore, que aparece amenazado de desaparición bajo los efectos de la modernidad y la urbanización. Las campañas de difusión del folclore toman la forma de verdadera propaganda nacionalista, procurando esencialmente hacer resaltar la originalidad y singularidad propia del folclore de cada pueblo, permitiendo distinguirlo de los vecinos y vincularlo a los que, en el contexto de instauración de las identidades nacionales, se designa como sus antepasados.
En primera instancia el folclore se limitó a la tradición oral. Hacia la mitad del siglo XIX se amplía el ámbito del folclore, comenzando los recopiladores a interesarse también por distintas producciones que emanan de las culturas populares (creencias, medicina tradicional, trajes, artes, técnicas, etcétera).
No fue hasta el siglo XX cuando los etnógrafos empezaron a intentar registrar el folclore sin manifestar metas políticas

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